viernes, 23 de enero de 2009



...Y aunque a la Martina realmente nunca la amaron, ella siempre estuvo bien dispuesta a los placeres de la carne.

Esta mañana, pese a la ultima dejada alborotada del domingo, presurosa empaco sus penurias y salio trastabillando por la puerta trasera -la única digna de ella- decidida a un placentero fin de semana pues hasta las compañías de vida entera se le negaban.

Por la ventanilla viéndola partir, Macrina se preguntaba porque siempre se vendió por tan poco... por que nunca quiso convencerce de que merecía algo mas que las migajas del amor de un amor a escondidas... Nunca lo entendió, nunca lo perdono.

Luego de tres días, la fresca Martina regreso, sin muchas explicaciones se instalo de nuevo en casa, deshizo las maletas y con una sonrisa caducante a una semana, lo pronosticado, andaba por los rincones sollozando las llamadas que no le hacia, los paseos que no le cumplía, las noches de cama que le debía... quedo abandonada y prodigando el buen ejemplo en espera del siguiente escape, anticipando que no sucedería al menos en los próximos seis meses pero que le bastaban pa seguir bien prendadita de ese amor de barragana, de ese amor de mentiras, de ese amor que para El nomas eran buenas revolcadas... y para ella la vida entera...

2 comentarios:

Abraxas dijo...

Muy buen relato, muy buen blog.
Cuantas Martinas no habrá, me encanto la frase de al final, el contraste revolcadas/vida eterna.
Saludos

Anónimo dijo...

no nena. cada quien tiene lo que se merece y ellos se merecen. al vs. todo es como debe ser., ya será el tiempo...loiniko es que te doy muchisimas gracias por estar cerca....yo la quiero. muchizimo. beso. aryanaunaoz.