¡Y HOY PUEDO DECIR QUE SOY LA MUJER MÁS FELIZ DEL MUNDO!

Mentira.

Algo falso, algo incierto, algo irreal.

Mentira.

Lo que destruye, decepciona y mata.

Mentira.

Insana, oscura. Nauseabunda.

Mentira.

Termina, llora, quema. Insomnia.

Mentira.

Asqueada.

Muerta... por una mentira.

Desempolvando en armario de la mente.
Entetegiendo telarañas añejadas.
Rogando por ser, como dices, habitante de mis sueños... esos donde soy yo.

Lienzos de la vida en tintes de satira,
Versos conexos al unisono del llanto,
Mirada hundida en tu ternura oculta,
Pensamientos divagantes accidentados en ti...

Carne que pinta la historia de aquellos,
los que fuimos y seremos, que no moriran,
Vidas encontradas eternamente,
Promesas llenas de arrebatos sin par.

Imagenes presurosas por plasmarte,
contando dramas de vidas por venir,
fidelidad declarada con tintas indelebles,
la promesa del por siempre en mil vidas por venir.

Sabiendo que de todos siempre seras elocuente,
cuidando mis sueños... fiel, incondicional.
Alegria garantizada al toque del rincon
lagrimas consoladas sin pedirlo, sin razon...

Imagenes de pasta, imborrables...
Irremplazable... para siempre conmigo tan perfectos al momento, como tu, como yo.

El frío por la ventana
empaña mis recuerdos,
sin entender tu ojos
me sujeto a tus manos.

La misma historia
o cancion repetida,
las mismas marcas
y dudas que me das.

No importa el tiempo
o el espacio
siempre encontrarás
más allá de mi,
el alma que te entregue
desde el primer momento
en que te sentí.

No importa el tiempo,
ni la historia
inconclusa, irreverente,
que ansía su final,
suspendida en el tiempo
alimentándose del recuerdo
que me das,
aferrándome al único beso...
que me hizo vivir.