miércoles, 6 de febrero de 2008

Ya no queda espacio...

...y no es que ocupe mucho, o tal vez si, hasta ahora lo pienso así, aunque los bichos de la playa son mas inteligentes que ella, porque cuando la casa les viene chica pueden adaptarse hasta a una estúpida lata de coca cola, un día de estos ella se tomará en serio la opción de buscar la propia, finalmente
las olas la regresan a la misma orilla que la vio partir, espero que no pase huracanes de nuevo, aunque los de adentro son peores, mil veces.

Ya no queda espacio, ni aquí, ni allá ¿en dónde será? solo conmigo, dentro, habrá que buscar una nueva mudanza al corazón, al alma, a la dignidad, aunque difícilmente les gusta viajar juntas, siempre discuten cual político en sesión de congreso, creo que hasta ellos son mas civilizados.

Ya no queda espacio, habrá que volar de nuevo, habrá que encontrar nuevas víctimas de compañía, por que la soledad y ella definitivamente no hicieron mancuerna, sollozaban juntas sin proponer soluciones.

El avión las deja, se perderán el purpura de las nubes, ese que mágicamente les entregó la paz aquella tarde cuando el color de la divinidad les plantó al frente las respuestas tantas veces ansiadas, ahí estaban, debieron abrir y dejar caer el tobogán y entregarse a ellas, sí, en resumen solo eso buscan, solo las dejaron de lado, pasar, tal cual, sin hacer el intento de romper la diminuta ventanilla de doble fondo (como ellas, como Garrik), como si eso requiriera mucho esfuerzo, se quedarán con eso, solo con el recuerdo de haber visto lo siempre anhelado.

Ya no queda espacio en ninguna parte del mundo, así que habrá que correr, volar, navegar o mejor fumar, para encontrar nuevo horizontes y tratar de encontrar en ellos, el mínimo espacio requerido para sobrevivir, hasta que las nubes confabulen a su favor y les regalen el purpura de nuevo, solo espero que llegado el día, decidan sin temor, entregarse a el, de lo contrario las nubes lloraran y ellas se perderán.

Ya no queda espacio, habrá que flotar...

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