Río a mitad de la campiña de Cognac, Francia.
Lugar de misterios que se inhalan y en donde el tiempo
quedo paralizado en su paso por una época en que
las personas disfrutaban sus carencias, en donde los colores
no eran necesarios y los sabores eran entrañables.
Pequeño sitio de nostalgias, de tristezas y añoranzas.
Solo un pueblo de ausencias donde la soledad que lo acompaña
puede hacerte compañía incondicional al alma...
Cognac, sin ti...
Habrá que volver.
sábado, 6 de diciembre de 2008
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