jueves, 27 de agosto de 2009

Moviendo los cielos contra las murallas de la mente,
intentando ver más allá de lo real,
A veces me detengo a engañarme un poco,
es más cómodo cuando los sueños son mi realidad.
Al menos resulta atractivo.
Varias veces me pregunté si paso lo que viví,
otras muchas lo afirme,
incluso lo creí...

Hoy decido abrir paso a la vida elegante,
no galante, que me prometí.
Invocando tentaciones sin memoria.
Haciéndome creer que lo siento.
Al final y como siempre, allá un poco distante,
se encuentra tu interés humano de darnos la mano
como dos amantes...

Aunque de ausencias y demencias estén cansados de leer,
aunque de amores imploro un poco de benevolencia...
porque ha surgido la incongruencia de amarte como eres,
sin detenerme a pensar en ansiado final de este cuento en soledad...
Por siempre eternamente...mía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años,
por saber lo que a otros
de mí has hablado.
Y esta vida mortal, y de la eterna
lo que me toque, si me toca algo,
por saber lo que a solas
de mí has pensado.