domingo, 27 de febrero de 2011

Y empredemos el último viaje, de tu existencia a mi recuerdo. Esperaba de más, por que las olas nunca vuelven de la misma forma, aunque las huellas sean las mismas. Y entre tanta inmensidad, entre tanta gente, resulto la más grande soledad en su existencia. No tenía la certeza de ser ella misma, nunca había comprobado su existencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De salitre
son los amores perdidos
tierra adentro
cuando el olor de las olas
se va diluyendo
y se entremezcla con las jaras
y el asfalto pegajoso.

De salitre
nuestras vidas calladas
que se pegan como el salitre
en los trasfondos del alma.

Anónimo dijo...

Gracias por el post. Hermoso
Ari*